Todos los perros pueden llegar a ser magníficos compañeros para los niños cuando sus dueños son lo suficientemente competentes para entenderlos. Cuando tus hijos pasen tiempo con tu perro, asegúrate de supervisarlos siempre a ambos y asegurarte de que ni el niño ni el perro sobrepasan los límites el uno con el otro.
En el ranking sobre las 10 mejores razas niñeras, encontramos el Labrador Retriever, el Collie (tiene un fuerte instinto familiar y gran sentido de la propiedad, por lo que lo convierte en un buen guardián), Golden Retriever, el Galgo Español, el Mastín Español, el Terranova, el San Bernardo (¿no os acordáis de la película Beethoven?), el Beagle, el Boxer y el Carlino.
A través de la siguiente galería descubriréis la buena relación que pueden tener niños y perros:
En un estudio de la Universidad Kuopio de Finlandia, se ha demostrado que la convivencia de niños y perros no sólo ayuda al aprendizaje emocional, sino que también puede ayudar a evitar que los bebés sufran cierto tipo de infecciones y enfermedades.
Y según los científicos finlandeses que llevaron a cabo el estudio, gracias al desarrollo del sistema inmunológico los niños que han crecido con perros se curan con más rapidez de algunas enfermedades infecciosas, razón por la cuál necesitan una menor cantidad de antibióticos en su tratamiento.
Aunque suene raro, un consejo básico es que hay que proteger al perro del niño, ya que un adulto debe evitar que el niño moleste al perro, que le agobie o le asuste. Así se consigue, con naturalidad, que el perro entienda que al niño hay que respetarlo como a uno más. De este modo tanto el perro como el niño no tendrán ningún miedo, ni asociación negativa y no surgirán problemas.
Cuando enseñas a un niño cómo tratar a un perro es, básicamente, lo que le estás enseñando sobre cómo tratar a otras personas, es decir, si le enseñas que el perro tiene que tener su espacio, que hay que tener en cuenta su lenguaje y su forma de ver el mundo perruno, es muy probable que ese niño aplique estos mismos códigos con los humanos. El niño no tiene que aprender a “dominar” al perro, sino a respetarle.
La psicóloga del equipo de pediatría del Sanatorio de los Arcos, Anabella Racioppi, nos cuenta que la relación que un niño pueda desplegar con su mascota le ayudará a construir lazos basados en el respeto. Además, esto le genera un nexo de unión con la naturaleza, crea hábitos y fija límites. “Si hay cuidado y amor, puede favorecer el desarrollo de la comunicación verbal, no verbal, la compasión y la empatía”, explica Racioppi.
Como habéis podido apreciar, además de lo dulces y adorables que son los niños y los perros que os hemos mostrado, existen innumerables motivos para que los niños y los perros se puedan llegar a convertir en verdaderos compañeros, con una amistad basada en el respeto mutuo y el cariño.
viernes, 14 de noviembre de 2014
Por qué los perros son los excelentes compañeros de los niños
11:57
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